Otros posibles títulos: ¿Por qué Berde se lastima tanto?, ¿Berdecía tiene plan médico?
José Bernabé Berdecía es amante de la playa, la salitre en su cabello, el típico pastel de queso neoyorquino y la pasta con tocineta y camarones mientras no está con su madre, pues es alérgica. Pero, de su carácter, ¡ni hablar!
A sus 16 años ganó, junto a su compañero, Stephan Rivera, un torneo para la selección de Puerto Rico donde nos representarían en Chipre, en el oriente medio. Aunque ganaron, no fueron escogidos.
— ¡Eso estaba vendio’! — decía Berdecía molesto, pues aseguraba que le habían ganado a jugadores de hasta 23 años y que ya habían obtenido medallas de oro en las Justas de la Liga Interuniversitaria, con apenas la edad mínima para sacar la licencia de aprendizaje.
El siguiente juego que lo marcó fue uno en undécimo grado. Cuando llegó invicto a la final de la liga, se lastimó el tobillo en el primer set. Berdecía, sin duda alguna, desde siempre ha amado el suelo, pues se ha lastimado tres veces el tobillo izquierdo, dos el derecho, y lo último que supe de él fue que se lesionó la rodilla derecha.
— ¡Berde, Berde, Berde! — le gritaban desde el banco.
Como a este intrépido personaje ama que lo presionen, y también “que le fronteen”, volvió en el segundo set a intentar salvarlo. Como su equipo lo necesitaba, su entrenador ordenó que lo vendaran y que continuara el juego. Aunque no podía caminar bien, escuchar al público gritar su apellido logró hacer que se transformara de Goku a Super Saiyan.
Como siempre le han gustado los números, decidió estudiar Contabilidad para luego ser Contador Público Autorizado (con sus siglas en inglés CPA). Según él, en esa disciplina hay muchas clases que lo ayudarán en el negocio de su padre, quien tiene un Sport Bar en Isla Verde.
Para el 27 de enero de 2015, se llevó a cabo el torneo deportivo Spring Volleyball Challenge en el Centro de Convenciones de Puerto Rico. A pesar de que no iba a jugar porque ya tenía varios ofrecimientos de distintas universidades y no contemplaba estudiar en la Universidad del Sagrado Corazón (USC) para ese entonces, le pagaron el torneo y asistió. Nuevamente Berde se lastimó en el primer set, pero esta vez fue la rodilla. “Un ataque a la bola por la cuatro y la rodilla se fue pa’l lao”, mencionó el atleta, explicando lo que había sucedido.
Primero pensó que era el tobillo y que serían dos semanitas, ¡ay, bendito, qué mamey! Cuando verificó, se dio cuenta de que no era eso. En el partido, el coach de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Arecibo (UPRA), le propuso jugar para su equipo y le ofreció una beca. Una semana después, le dieron la noticia que tenía que operarse. Lo peor de todo es que la recuperación tardaba un año. Aunque lo iban a operar en el 25 de febrero, decidió hacerlo quince días antes para recuperarse más rápido. La operación fue a eso de las 2:00 p. m. en el Hospital Doctor’s Center en Bayamón.
— ¿Quieres anestesia de espalda para abajo o completo? — preguntaron en la sala, donde 15 personas se preparaban para atenderlo.
— No, duérmeme — respondió Berdecía.

Dentro de ella, le reclamó al doctor el porqué aún no estaba dormido. El médico, por su parte, le dijo que contara hasta diez. Y, lo último que escuchó Berde, fue el meneíto de Gilbertito Santa Rosa, porque en tres segundos “se había ido”.
Al transcurrir cuatro horas se levantó y subió la pierna. Según el doctor, era un milagro, porque de diez casos, solo dos reaccionaban de esa manera. Luego de comer light y pa’ la casa, comenzó a caminar a los tres días. “Yo tengo una nena aquí que no camina hace un año”, dijo el especialista. Berdecía “se recostó de eso” y no trabajó con su físico.
Lo que sucede es que nuestro amigo, nunca ha sido “tipo de ir al gym” y solo le gusta ir a la práctica. Por la lesión, ha tenido que cambiar ese hábito y por eso, ha mejorado los tiros y la comunicación. “Esa sincronización y la comunicación que tengo con Stephan es inigualable. Muchos se la cuestionan, pues de vernos ya sabemos lo que tenemos que hacer. Además de ser mi roomate, es mi compañero desde los 16”, argumentó el atleta.
Luego de un tryout, a los siete meses de operarse, comenzó a jugar con Sagrado. Allí le dieron la oportunidad de estar en la posición de líbero. Aunque realmente no se lo esperaba “y a principio lo tomó a mal”, asumió el rol y trabajó por ello. “Estaba representando a una universidad y todos me habían dicho que no me quedaba nada. Esa posición conlleva en la cancha mucha responsabilidad, eres el capitán de la defensa, eres quien recibe casi todos los balones”, añadió.
Su segundo reto comenzó cuando se enteró que escogerían al equipo de voleibol playero, pues no brincaba igual y había gente mucho más alta que él. Tiempo después, un mensaje de texto fue recibido al teléfono de Berde. Había sido elegido.
El año pasado, junto al equipo, obtuvo el quinto lugar en voleibol de playa masculino y en esa ocasión, habían entrado en tercer lugar. En los primeros tres clasificatorios, el voleibolista no había metido ningún punto ni brincaba. Sin embargo, en las Justas, sucedió todo lo contrario. Tras llegar en quinta posición, se desmotivó nuevamente y dejó de jugar. Por tal razón, no estuvo en cancha el semestre pasado.
Cuando se trata de voleibol de playa son solo dos, tú y tu pareja. Si la escogiste bien, sino, te quedaste así”, confesó Berdecía, comparando el voleibol tradicional al playero.
El atleta, a pesar de que está consciente que aún le queda mucho por mejorar, manifiesta que cuando está en el deporte deja sus problemas afuera. Ama el voleibol de playa porque le permite, luego de cada partido, tomar sol, relajarse y estar en otro escenario. Esto es sin duda, es como su terapia. Su sueño es que a sus 35 años, pueda montar una malla, invitar a sus amigos y tomarse unas cervezas mientras juegan durante todo el día.
Es difícil trabajar, estudiar y ser atleta. Una vez un maestro de la escuela superior me dijo: “Cuando comiences tus cuatro años de universidad, nadie te los va a devolver. Por eso, recuerda que hay tiempo para todo”, mencionó Berde.
Para él, el proceso ha sido difícil. Debe manejar su tiempo y saber que, de último minuto, pueden decirle que hay una práctica o un juego y a su vez, debe prepararse para un examen. “En uno de los juegos me tuve que levantar a las 6:00 a. m. para desayunar tres huevos hervidos, jamón y unas tostadas, para luego irme a calentar y estirar”, dijo.
Entre las metas de este voleibolista se encuentra ganar dos medallas de oro en la LAI, graduarse y dejar su nombre en la institución. También, se ve corriendo el negocio familiar, viajando por el mundo y con hijos. Además, desearía ayudar a niños y darles de su conocimiento y con su historia, servirles de motivación.
Enredos es Angélica Serrano. Semi periodista, semi socióloga. Independentista sin camiseta verde. Sarcástica, agria, analítica como Rubén Sánchez, y rebulera como Carmen Jovet. Leer más
Berdecía, mucho éxito en tu carrera y el deporte. Sin embargo, prométeme menos caídas para escribir la otra parte. – A.
Leave a Reply